FRANCIA 1938 - EL MUNDIAL DE LA PREGUERRA EN FRANCIA

FRANCIA 1938

EL MUNDIAL DE LA PREGUERRA EN FRANCIA


 


En el marco de los Juegos Olímpicos de Berlín del año 1936 el Comité de la FIFA se reunió para designar la sede de la Copa de 1938.  Argentina presentó su candidatura aspirando que se le otorgara el evento considerando que la Copa anterior se había disputado en territorio europeo, pero no resultó así y se decidió que sería Francia el anfitrión del torneo.  Los gauchos ofendidos decidieron no participar e invitaron a los países americanos a unirse a su posición.  Varios equipos retiraron sus inscripciones excepto Brasil y Cuba que decidieron enviar sus delegaciones a Paris.
Aparte de los equipos americanos y europeos, en ese torneo participó el equipo de Indias Orientales Holandesas, hoy en día Indonesia, constituyéndose en el primer equipo asiático en tomar parte de una Copa del Mundo.
La Copa se realizó bajo un ambiente de mucha presión política  en Europa[1].  Dos años atrás, durante la celebración de los Juegos Olímpicos de Berlín, Hitler había utilizado todo el aparato propagandístico del estado para mostrar al mundo el “milagro del fascismo” y había conseguido el objetivo de que Alemania se ubicara en el primer lugar del medallero.
En el año del mundial, mediante diferentes maniobras político-militares Alemania anexó a Austria y la convirtió en una provincia del nuevo estado alemán. Por su parte en Italia, Benito Mussolini seguía al frente del gobierno fascista y en España el General Francisco Franco había tomado el poder mediante un golpe de estado en el año 1936 y el país se encontraba sumido por la guerra civil que al final ganaron los franquistas. En otro escenario, Japón y China se encontraban en una cruenta guerra que solo finalizo en 1945.
En el Mundial de Francia la FIFA tomó la decisión de otorgar cupo directo de clasificación al país campeón y al país sede, favoreciendo a Italia y a Francia. Al final 15 países disputaron el evento, el equipo 16 era Austria, pero luego de su anexión, los mejores jugadores de ese país se vieron obligados a  jugar en el equipo alemán en el torneo[2].  Pese a todas estas disposiciones Alemania fue eliminada en primera ronda por Suiza equipo que contó con todo el apoyo del público francés.  El führer estuvo varios días llorando amargas lágrimas y tuvo entonces que hacerle barra al equipo de su amigo y compañero de aventuras Mussolini.
Una vez en el torneo los cubanos vencieron a Rumania, pero cayeron ante el poderoso equipo sueco, mientras que los brasileros que ya mostraban su poderío futbolístico, se fueron abriendo paso venciendo primero a Polonia y luego a Checoslovaquia. 
Italia por otro lado se fue moviendo en cada una de las fases hasta cuartos de final cuando enfrentaron al equipo de Francia y pese a los pronósticos los italianos eliminaron a los locales. 
Para el partido clasificatorio a la final, el entrenador de Brasil,  confiando en un triunfo fácil contra los italianos decidió reservar a los mejores jugadores Leonidas y Tim para disputar el partido por la Copa pero la estrategia falló porque fueron derrotados y tuvieron que conformarse con disputar el tercer puesto.
Los Italianos tuvieron entonces que enfrentar a Hungría en la final y el Duce una vez más se encargó de presionar al equipo italiano en el partido decisivo.  Además, Mussolini obligó a los jugadores a utilizar camisas negras, el color del uniforme de las brigadas de apoyo al fascismo italiano, en lugar del tradicional azul del equipo.
En ese partido los italianos vencieron a los húngaros,  esta vez con menos “situaciones extrañas” que en 1934 y los campeones repitieron su triunfo. Días después el capitán del equipo, Giuseppe Meazza, relato que antes de la final había recibido un telegrama de Mussolini, en el cual solamente había tres palabras que el entendió muy bien “vencer o morir”.
Italia se proclamó así como bicampeón de la Copa Mundo.  Francia por su parte tuvo que esperar sesenta años para conseguir el título que se les escapó en casa.


  




    




[1] Un año después estalló la Segunda Guerra Mundial.
[2] Hubo dos jugadores convocados por el técnico alemán que se rehusaron a participar.  Walter Naush, debido a que el régimen nazi lo obligaba a divorciarse de su esposa judía y prefirió huir hacia Suiza y Matthias Sindelar, el mejor jugador austriaco, de origen judío que se ocultó durante varios meses y al final apareció muerto en extrañas circunstancias. 
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